¿CUÁNDO SE PUEDE EMPEZAR LA RECOLECCIÓN DE LA ACEITUNA?


Según un estudio que se ha elaborado recientemente en la zona del Altiplano de Granada y en el que han colaborado: la Universidad de Granada, el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Ifapa) de Cabra y la Denominación de Origen de los Montes de Granada; las fechas recomendadas para la recogida de la aceituna son a finales de noviembre, ya que según han desprendido los análisis realizados a diferentes parcelas, el rendimiento sobre materia seca comienza a ser constante en esas fechas debido a la madurez de la aceituna y este parámetro es uno de los más importantes a tener en cuenta.

Depende de la cantidad de producción

Un factor esencial que influye en las fechas de maduración de la aceituna es la cantidad de producción que tenga el olivo.

Si tiene una producción muy grande de aceitunas tardará mucho más en madurar, que si por el contrario tiene una producción baja de aceitunas.

Depende del terreno

El terreno donde está plantado el olivo influye mucho en las fechas de maduración de la aceituna que produce este.

Incluso dentro de la misma zona geográfica existen multitud de clases de tierra que influyen en la fecha de maduración de la aceituna, es más, hasta dentro de una misma parcela existen trozos de tierra distintos que obligan al agricultor a tener que segmentar dicha parcela por pedazos de tierra, para que la recogida de la aceituna le sea más productiva.

El terreno influye en la cantidad y la calidad de la aceituna que produzca un olivo.

Por ejemplo, en una zona se puede considerar que un olivo con 80 kilos de aceituna se encuentra en estado de plena producción, mientras que en otra zona, hasta que no llegue a los 120 kilos, no se considera una producción plena.

Depende de las condiciones climatológicas

Las condiciones climatológicas juegan un papel fundamental en las fechas de maduración y recogida de la aceituna.

Las temperaturas, el agua caída en el campo, el frío… Son factores que determinan las fechas que darán comienzo la recogida de la aceituna.

Este año estamos sufriendo una gran sequía acompañada de unas temperaturas sensiblemente más altas y esto influye de gran manera en las fechas que se comenzará la campaña de aceituna.

Depende de la variedad de aceituna

Al igual que en la viña, en el olivo existen multitud de variedades diferentes de aceituna.

Cada variedad tiene unas cualidades diferentes que darán al aceite un sabor distinto.

Y por supuesto, cada variedad de olivo influye en la fecha de maduración de su aceituna.

Depende de los cuidados del agricultor

Las condiciones de salud en las que se encuentra el olivo, influyen sobre manera en la fecha de maduración de su aceituna.

Un olivo que se encuentra bien cuidado, es decir, que el olivo reciba todos los tratamientos fitosanitarios necesarios y las labores pertinentes, tendrá una fecha de maduración y recogida de su aceituna distinta a la de un olivo afectado por una enfermedad.

Cuándo tenga la graduación adecuada

Al igual que ocurre con la uva, a la aceituna también se le realizan unos análisis que te permiten conocer el estado de maduración de la misma.

Independientemente de que existan estudios que demuestren que una fecha es la más idónea para la recogida de la aceituna, cada agricultor debe realizar los pertinentes análisis a su parcela, porque cada parcela es única.

TRATAMIENTO DE FERTILIZACIÓN POSTCOSECHA EN ALMENDROS

     Después de la recolección hasta la caída de las hojas (reposo invernal), el almendro sigue activo. En este periodo de tiempo realiza una acumulación de reservas de nutrientes que marcarán el devenir de la próxima cosecha. 

     Este abonado otoñal es fundamental para nuestros almendros, con él conseguiremos un buen desarrollo de los botones florales, una buena floración y una buena acumulación de reservas para la salida del reposo invernal de nuestros almendros.

¿CÓMO SE COMPORTA EL ALMENDRO TRAS LA RECOLECCIÓN?

     El almendro tras la recolección continúa con su ciclo biológico anual hasta la parada invernal. En el árbol se producen unos cambios que en unos casos podemos observar y en otros no. Son tres los procesos principales que realiza:

  • Yemas Florales. Juan Paco Marsilla. Soluciones en el Cultivo Ecológico del Almendro.
    Yemas Florales  
    Diferenciación de yemas: Este proceso podemos verlo y nos muestra la disposición a tener cosecha el próximo año. Si todo va bien, las yemas florales se pueden apreciar perfectamente en el mes de septiembre, tal y como podemos apreciar en la imagen.
  • Acumulación de reservas: Este proceso también se puede apreciar en el color de las hojas que se van decolorando y marchitando poco a poco, esto es debido al paso de nutrientes que se encuentran en las hojas hacia las ramas más gruesas, tronco y raíces del almendro, otro síntoma es que los tallos más tiernos empiezan a lignificarse. Todo este proceso ocurre debido al menor número de horas de sol (la actividad fotosintética de las hojas decae por este motivo) y a la progresiva bajada de temperaturas.
  • Crecimiento radicular: Esto no podemos verlo. Se producen dos crecimientos de raíces durante el ciclo biológico del almendro. La primera tras el reposo invernal y la segunda al terminar la maduración de los frutos.



Para el desarrollo de las yemas, correcta floración y cuajado de las flores del siguiente año:
  • Boro (B): Este micronutriente es esencial para el correcto desarrollo de las yemas florales. Cuando el almendro está en floración, este elemento juega un papel fundamental para el correcto desarrollo del tubo polínico, también influye decisivamente en la síntesis de los compuestos relacionados con la viabilidad y la capacidad germinativa del polen. Por otro lado unos correctos niveles de Boro aumentan el transporte de azucares hacia las flores haciéndolas más atractivas para los insectos polinizadores. 
  • Zinc (Zn): Este elemento está directamente relacionado con el aumento y calidad del polen. Desempeña un papel determinante en la formación de auxinas en las flores. Estas auxinas ayudan al desarrollo del tubo polínico, la fecundación de éstas y producen un aumento del rendimiento del fruto.

Para el desarrollo radicular y la acumulación de reservas:

  • Fósforo (P2O5): Es clave en el transporte de nutrientes, en el desarrollo radicular e interviene en otros procesos vitales como la fotosíntesis y la división celular.
  • Potasio (K2O): Es esencial en la regulación hídrica de la planta, activa gran cantidad de enzimas que intervienen en el crecimiento el árbol, mejora la resistencia a plagas y enfermedades. El almendro es un gran consumidor de potasio. 
  • Nitrógeno (N): Sería aconsejable aportarlo en pequeñas cantidades para evitar la reactivación de la planta y el posible rebrote de plagas. 
  • Hiero (Fe): En zonas de tierras calizas se pueden presentar carencias de este nutriente.
  • Molibdemo (Mo) : Los terrenos ácidos suelen presentar carencias de este elemento.  
  • Aminoácidos: Nunca esta demás el aporte de estas sustancias las cuales influirán positivamente en el desarrollo metabólico del almendro. Además son importantes para protegerlos del estrés abiótico como heladas, sequías, granizo, etc.


¿CUÁNDO Y CÓMO REALIZAREMOS EL TRATAMIENTO?


   El momento de realizar el tratamiento postcosecha a nivel de fertilización estará comprendido durante el periodo de tiempo de va desde terminada la recolección hasta el inicio del reposo vegetativo, esto último se está produciendo cuando comiencen a decolorarse las hojas, marchitarse y comiencen a caerse. El tratamiento debe realizarse antes de que este proceso de parada vegetativa empiece a producirse.

     El inicio de parada vegetativa puede ser muy diferente según la zona geográfica ya que está muy influenciado por las temperaturas. En zonas frías puede iniciarse a finales de octubre mientras que en las cálidas se puede alargarse incluso a primeros de diciembre. 

  • En Regadío: Realizaremos un riego tras la recolección (esto se debe realizar siempre después de esta labor). Los fertilizantes serán aportados en el sistema de fertirrigación o mediante vía foliar. 
  • En Secano: En este caso no nos queda otra que aportar los nutrientes mediante vía foliar. En caso de producirse lluvias otoñales, lo aplicaremos después de las lluvias, de no producirse estas lluvias se aplicará antes del inicio del reposo invernal.


LABRANZA: DE LA ANTIGÜEDAD HASTA HOY



    Hay muchas herramientas de labranza y máquinas que se utilizan en la agricultura, pero ¿te has fijado cuánto han cambiado en los últimos tiempos? Los aperos de labranza de nuestros abuelos y tatarabuelos se han convertido en adornos para casas rurales, en recuerdos de una época más natural, sí, pero mucho más dura, difícil y exigente.

  Tipos de maquinaria agrícola aparentemente simples pero que en su día fueron revolucionarios, feos en apariencia y sin apenas medidas de seguridad, pero recias, sólidas y tan duraderas que pasaban de generación en generación cumpliendo perfectamente su labor.

HERRAMIENTAS ANTIGUAS

  Las primeras herramientas agrícolas creadas por el hombre pertenecen al periodo neolítico, hace unos 8000 años. En cuanto los humanos decidieron dejar de viajar y establecerse en un punto determinado comenzó la necesidad de contar con aperos de labranza, herramientas antiguas de agricultura para desbrozar el terreno, cortar el cereal, etc. Así, por necesidad, surgieron los primeros: arados, las desbrozadoras, las segadoras manuales, etc.

  Todas las herramientas agrícolas son importantes, pero hay una que, sin duda, influyó decisivamente en la forma de obtener alimentos de la tierra: el arado.

  Uno de los primeros aperos agrícolas inventados por el hombre fue el arado. Los primeros arados surgieron en África, en la zona que ahora conocemos como Egipto hace unos 5000 años según unos historiadores y en torno a unos 3500 según otros. Los primeros azados eran básicamente una mejora de los aperos que se utilizaron durante miles de años para abrir la tierra y poner dentro las semillas, esos palos gruesos primero y azadas, picos y palas después que rompían la capa superior del terreno para poder plantar los alimentos.

  El arado marcó un antes y un después en la historia de la agricultura por dos razones importantes: facilitó el duro trabajo de romper la tierra seca y helada y mejoró la cantidad y la calidad de los cultivos al penetrar más profundamente el suelo y poder sembrar a mayor profundidad y fuera del alcance de los roedores, los pájaros, etc.

  Los primeros arados eran muy rudimentarios, apenas unas ramas gruesas y puntiagudas que abrían surcos en la tierra empuñados por esforzados trabajadores del campo, pero en unos pocos cientos de años, entraron en escena los animales, esos bueyes a los que se enganchaban los aperos para profundizar más y mejor en la tierra y conseguir mejores resultados. Pronto a los bueyes se les unieron los caballos, los camellos, los elefantes... Cualquier animal domesticado que tuviera la fuerza y la paciencia necesarias para trabajar de sol a sol ayudando al agricultor.


  El arado como herramienta agrícola primitiva no cambió prácticamente su diseño hasta que llegó una civilización que marcó un antes y un después en la agricultura: la civilización romana.

  Los romanos inventaron un apero de labranza que, si eres aficionado a la agricultura, seguro que conoces perfectamente: el llamado arado romano.

  El arado romano no sólo incorporó una pieza de hierro para profundizar en la tierra, también introdujo lo que ahora llamamos vertedera, esa pequeña pieza que ayuda al agricultor a remover mejor los terrones de tierra y preparar el suelo para la siembra.


  El invento agrícola de los romanos mantuvo más o menos su innovador diseño hasta bien entrado el siglo XVIII, hasta que en 1730 se inventó el llamado arado Rotherham, un apero más triangular que aprovecha mucho mejor la fuerza de tiro que se utilizaba por aquel entonces en Europa: el caballo.

DESARROLLO INDUSTRIAL

  En los siguientes años el desarrollo industrial fue imparable y afectó al diseño y a la funcionalidad de todas las herramientas agrícolas antiguas: 

- En 1808 Robert Ransome inventa el primer arado fabricado totalmente en acero.


- En 1837 un humilde herrero llamado John Deere sustituye las cuchillas de hierro fundido por otras de acero y, además, cambia la forma de su diseño para mejorar su funcionalidad.


- A principios de la década de 1840 se inventa el arado con ruedas y asiento para conductor.


- En 1847 se inventa el arado de discos, un apero agrícola revolucionario que no sólo prepara la tierra para el cultivo sino que sirve para arrancar las malezas, pulverizar los terrones de tierra solidificados, etc. Este arado de discos mantendrá su diseño y funcionalidad originales desde entonces y hasta hoy.


- A partir de 1905 se empiezan a utilizar los primeros tractores enganchados al apero estrella de la agricultura de hoy y de siempre: el arado.



RAZONES PARA REALIZAR UN ARADO DE SUELO


BENEFICIOS QUE SE OBTIENEN CON EL ARADO

  Con el arado del suelo buscamos una cosa: mejorar las condiciones del suelo. Esto significa que si por ejemplo disponemos de un suelo encharcado, intentar que no se acumule agua en la superficie.

  Por el contrario, si tenemos un suelo muy seco, con elevada filtración de agua, buscamos que la retenga un poco mejor y sea asimilable para las plantas.

  Si dividiésemos en segmentos aquellos elementos que influyen de manera significativa en un suelo y que, por supuesto, afecta a las plantas, podríamos mencionar la humedad, el aireado, la estructura y también la temperatura.

  Conocer qué cambios aparecen con el arado del suelo con respecto a estas variables es importante para conocer un poco más la tierra que cultivamos.

CONSERVACIÓN DE HUMEDAD EN EL SUELO

  La humedad de un suelo se ve influida por el volteo de éste. Es algo tal y como lo hemos contado antes. Si tiene problemas de retención de agua (drenaje lento), conseguirá que se evacue mejor el agua. Y en el caso contrario sucederá lo mismo.

  Un suelo situado en un clima desértico conservará mucho mejor el agua en el subsuelo a partir de un volteo de la tierra.


MEJORA DEL AIREADO Y LA OXIGENACIÓN

  Voltear el suelo permite incrementar el número de macroporos que hay en el suelo. Éstos se encargan de almacenar gases (como el oxígeno) que las raíces de las plantas necesitan para que no aparezcan problemas.

  Un suelo mullido permitirá la entrada de aire desde el exterior, el cual también es una entrada de nitrógeno atmosférico (que se podrá fijar mediante efectos climáticos, como la lluvia).

CONSERVACIÓN DE LA ESTRUCTURA DEL SUELO

  Un suelo puede tener distintas texturas, y eso es lo que hace que quede clasificado como arenoso, limoso o arcilloso. Es un poco más complejo que estas tres definiciones, puesto que hay mezclas entre ellas, pero básicamente es eso.

  Dependiendo del sistema de arado que utilicemos, conseguiremos que la tierra cambie el tamaño de sus agregados, pudiéndolos aumentar o reducir.

  Esto influye muchísimo tanto en el crecimiento de las plantas como en la germinación de semillas.

  Si se dejan agregados muy grandes, superior a los 5 mm, existiría una proporción de macroporos excesivamente grande, no hay retención de agua y la planta encuentra dificultades para absorberla.

  Un suelo con agregados muy pequeños, en torno a 1 mm, produce un desequilibrio entre macroporos y microporos.

  En efecto, por ausencia de los primeros, el agua no se retiene eficientemente e igualmente tendremos problemas con el desarrollo de las plantas.

MANTENIMIENTO DE TEMPERATURA

 ¿Qué tiene que ver la temperatura con el laboreo o mullido de un suelo? Pues aunque no lo parezca, mucho.

  La temperatura de un suelo está influida por el ambiente y el clima donde nos encontremos.

  Sin embargo, con el volteo se puede conseguir reducir la diferencia de temperatura entre la noche y el día. Esto es muy importante, porque permite un mayor confort de las raíces y, claro, eso se paga con un mayor desarrollo de la planta en general.

  Por esta misma razón es conveniente dejar el arado para otro día si se prevén heladas.

  El aire es mal conductor por lo que se obtienen peores consecuencias si el contenido de aire es mayor. Una sustitución de ese aire por agua, mucho mejor conductor, produce beneficios y previene de forma pasiva los daños por heladas.

¿QUE PASA CON LOS MICROORGANISMOS?

 Imagínate que tú fueses un microorganismo en el que te dan dos opciones:

1. Crece en un entorno sin mucho oxígeno, con poco espacio, con temperaturas desapacibles y posiblemente encharcado o excesivamente seco.

2. Crece en un entorno con equilibrio entre humedad y gases, con facilidad de movimientos, poroso, sin encharcamientos, con temperatura agradable y una estructura del suelo granulada.

¿Qué opción prefieres? No hace falta responder.

 Lo que queremos decir es que aunque a priori pensemos que el laboreo produce daños mecanismos al suelo, destapa de las profundidades lombrices e insectos beneficiosos que luego forman parte de la alimentación de aves y otros animales, el equilibrio se corrige al poco tiempo y la densidad aumenta exponencialmente en poco tiempo.

  Hay que matizar que:

- Si tu suelo tiene una buena estructura, con buen contenido en oxígeno, con drenaje normal y en general, bueno, no hace falta labrar. Porque los microorganismos se encargarán de mejorar aún más dicho suelo y se empeorará con el arado. Modificarías el entorno tan apacible que ellos han creado y reducirías la calidad de éste.

- Por otro lado, si tu suelo tiene mal drenaje, está sometido continuamente a encharcamientos y la estructura del suelo es mala, las condiciones iniciales para el desarrollo de microorganismos son malas o muy malas. Por lo tanto, hay que actuar. Una vez se mejoren, no hará falta labrar frecuentemente.

LA MATERIA ORGÁNICA EN UN SUELO ARADO

  Hay que pensar que con el volteo, aunque no se aplique materia orgánica, también mejora su contenido ¿Cómo es posible esto, si no se ha aportado nada a la tierra?

 Porque un suelo pobre tiende a crear una capa superficial de compuestos fertilizantes, incluida la materia orgánica, en una profundidad donde la mayoría de plantas herbáceas no pueden acceder.

  Es decir, el suelo tiene un buen porcentaje de materia orgánica, sí, pero no está equilibrado. Tienes una mina de oro en el suelo pero no tienes la pala y el pico para acceder a él.

  Cuando realizamos un arado del suelo, si éste es profundo, estamos removiendo capas profundas con las superficiales, de manera que toda la mezcla se reparte homogéneamente. 

  Ahora sí que todo el contenido mineral y orgánico del suelo estará disponible para las plantas. Sin aportar nada, hemos mejorado enormemente la fertilidad del suelo.

  No sólo eso, ya que no se trata de remover y disponerlo a los cultivos. Como disponemos de un suelo mullido y con mayor aireación, todos los nutrientes y minerales que alberga la materia orgánica se oxidan en mayor volumen y facilita su absorción por las plantas.

LABOREO SÍ, PERO SIN ABUSAR

 El equilibrio de la vida permite usar todos los recursos que queramos, hasta cierto punto. Cualquier elemento considerado como positivo lo es hasta que se abuse de él, de forma que llegado a la cúspide del beneficio, comienzan a aparecer perjuicios debido a su abuso.

 De hecho, la tendencia actual es el laboreo de conservación. Es decir, arar sólo cuando sea necesario, puesto que a la larga, todos los beneficios físicos que obteníamos con el suelo, se pierden.

MOSCA DEL OLIVO

 


   La mosca del olivo es la plaga más importante en el cultivo del olivo, ya que ataca a los frutos desde que comienza el endurecimiento del hueso hasta su madurez. El daño lo provocan las larvas que, al eclosionar dentro de la aceituna, crean galerías que dañan el fruto. La aceituna puede acabar cayendo, con la consecuente disminución de la producción. Además, sobre el tejido roto pueden instalarse hongos y otros microorganismos que provocan una pérdida de calidad del fruto, haciendo que el aceite obtenido pueda incluso descender de categoría a la hora de su calificación.

   Las zonas en las que hay una mayor humedad son las más proclives a la aparición de la mosca del olivo, menos común en latitudes con veranos secos y con elevadas temperaturas. La mosca del olivo suele pasar los meses de mayor frío del año debajo de la tierra, lugar que abandonan entre los meses de abril y mayo.

   Tras procederse a la fecundación, las hembras buscan un lugar idóneo para la puesta, que suelen realizar bajo de la piel de las aceitunas que se encuentran en un estado de maduración intermedio. La alimentación de las larvas se produce por medio de la pulpa de las propias aceitunas.


   La apreciación de síntomas de la acción de esta plaga es sencilla, ya que las aceitunas afectadas presentan heridas debidas a la acción de las larvas que realizan estrechos túneles en el fruto. En muchas ocasiones las aceitunas se caen al suelo y en otras se detecta un mal olor. 

   Aunque la intensidad y la duración de esta plaga depende en buena medida de las condiciones agronómicas y climáticas en las que se encuentren los cultivos, existen una serie de medidas preventivas generales que pueden adoptarse, como la destrucción de las pupas invernantes en el suelo o el cultivo de variedades de aceituna menos proclives a la mosca y en las que el control de la plaga sea más sencillo.

   Tradicionalmente se utilizan trampas olfativas que constan de un recipiente de cristal o plástico transparente que se ceba con fosfato biamónico al 4%. Se colocan en el interior del árbol y orientadas al sur para el control de adultos. Deben colocarse un mínimo de dos trampas por zona de observación, debiendo separarlas unos 50 metros para evitar interferencias de unas con otras.


 La aplicación de productos fitosanitarios deben administrarse de manera previa, siempre con anterioridad a la puesta de huevos en la aceituna. Se combina la acción de un insecticida (organofosforado o piretroide) y un atrayente a base de proteínas hidrolizables. El momento de realizar la aplicación es a partir de formarse el fruto.