Revista Olimerca 1º trimestre 2021
PROBLEMAS FITOSANITARIOS DE LAS HELADAS EN EL OLIVO
LABRANZA: DE LA ANTIGÜEDAD HASTA HOY
Tipos de maquinaria agrícola aparentemente simples pero que en su día fueron revolucionarios, feos en apariencia y sin apenas medidas de seguridad, pero recias, sólidas y tan duraderas que pasaban de generación en generación cumpliendo perfectamente su labor.
HERRAMIENTAS ANTIGUAS
Las primeras herramientas agrícolas creadas por el hombre pertenecen al periodo neolítico, hace unos 8000 años. En cuanto los humanos decidieron dejar de viajar y establecerse en un punto determinado comenzó la necesidad de contar con aperos de labranza, herramientas antiguas de agricultura para desbrozar el terreno, cortar el cereal, etc. Así, por necesidad, surgieron los primeros: arados, las desbrozadoras, las segadoras manuales, etc.
Todas las herramientas agrícolas son importantes, pero hay una que, sin duda, influyó decisivamente en la forma de obtener alimentos de la tierra: el arado.
El arado como herramienta agrícola primitiva no cambió prácticamente su diseño hasta que llegó una civilización que marcó un antes y un después en la agricultura: la civilización romana.
RAZONES PARA REALIZAR UN ARADO DE SUELO
Con el arado del suelo buscamos una cosa: mejorar las condiciones del suelo. Esto significa que si por ejemplo disponemos de un suelo encharcado, intentar que no se acumule agua en la superficie.
Por el contrario, si tenemos un suelo muy seco, con elevada filtración de agua, buscamos que la retenga un poco mejor y sea asimilable para las plantas.
Si dividiésemos en segmentos aquellos elementos que influyen de manera significativa en un suelo y que, por supuesto, afecta a las plantas, podríamos mencionar la humedad, el aireado, la estructura y también la temperatura.
Conocer qué cambios aparecen con el arado del suelo con respecto a estas variables es importante para conocer un poco más la tierra que cultivamos.
CONSERVACIÓN DE HUMEDAD EN EL SUELO
La humedad de un suelo se ve influida por el volteo de éste. Es algo tal y como lo hemos contado antes. Si tiene problemas de retención de agua (drenaje lento), conseguirá que se evacue mejor el agua. Y en el caso contrario sucederá lo mismo.
Un suelo situado en un clima desértico conservará mucho mejor el agua en el subsuelo a partir de un volteo de la tierra.
MEJORA DEL AIREADO Y LA OXIGENACIÓN
Voltear el suelo permite incrementar el número de macroporos que hay en el suelo. Éstos se encargan de almacenar gases (como el oxígeno) que las raíces de las plantas necesitan para que no aparezcan problemas.
Un suelo mullido permitirá la entrada de aire desde el exterior, el cual también es una entrada de nitrógeno atmosférico (que se podrá fijar mediante efectos climáticos, como la lluvia).
CONSERVACIÓN DE LA ESTRUCTURA DEL SUELO
Un suelo puede tener distintas texturas, y eso es lo que hace que quede clasificado como arenoso, limoso o arcilloso. Es un poco más complejo que estas tres definiciones, puesto que hay mezclas entre ellas, pero básicamente es eso.
Dependiendo del sistema de arado que utilicemos, conseguiremos que la tierra cambie el tamaño de sus agregados, pudiéndolos aumentar o reducir.
Esto influye muchísimo tanto en el crecimiento de las plantas como en la germinación de semillas.
Si se dejan agregados muy grandes, superior a los 5 mm, existiría una proporción de macroporos excesivamente grande, no hay retención de agua y la planta encuentra dificultades para absorberla.
Un suelo con agregados muy pequeños, en torno a 1 mm, produce un desequilibrio entre macroporos y microporos.
En efecto, por ausencia de los primeros, el agua no se retiene eficientemente e igualmente tendremos problemas con el desarrollo de las plantas.
MANTENIMIENTO DE TEMPERATURA
¿Qué tiene que ver la temperatura con el laboreo o mullido de un suelo? Pues aunque no lo parezca, mucho.
La temperatura de un suelo está influida por el ambiente y el clima donde nos encontremos.
Sin embargo, con el volteo se puede conseguir reducir la diferencia de temperatura entre la noche y el día. Esto es muy importante, porque permite un mayor confort de las raíces y, claro, eso se paga con un mayor desarrollo de la planta en general.
Por esta misma razón es conveniente dejar el arado para otro día si se prevén heladas.
El aire es mal conductor por lo que se obtienen peores consecuencias si el contenido de aire es mayor. Una sustitución de ese aire por agua, mucho mejor conductor, produce beneficios y previene de forma pasiva los daños por heladas.
¿QUE PASA CON LOS MICROORGANISMOS?
Imagínate que tú fueses un microorganismo en el que te dan dos opciones:
1. Crece en un entorno sin mucho oxígeno, con poco espacio, con temperaturas desapacibles y posiblemente encharcado o excesivamente seco.
2. Crece en un entorno con equilibrio entre humedad y gases, con facilidad de movimientos, poroso, sin encharcamientos, con temperatura agradable y una estructura del suelo granulada.
¿Qué opción prefieres? No hace falta responder.
Lo que queremos decir es que aunque a priori pensemos que el laboreo produce daños mecanismos al suelo, destapa de las profundidades lombrices e insectos beneficiosos que luego forman parte de la alimentación de aves y otros animales, el equilibrio se corrige al poco tiempo y la densidad aumenta exponencialmente en poco tiempo.
Hay que matizar que:
- Si tu suelo tiene una buena estructura, con buen contenido en oxígeno, con drenaje normal y en general, bueno, no hace falta labrar. Porque los microorganismos se encargarán de mejorar aún más dicho suelo y se empeorará con el arado. Modificarías el entorno tan apacible que ellos han creado y reducirías la calidad de éste.
- Por otro lado, si tu suelo tiene mal drenaje, está sometido continuamente a encharcamientos y la estructura del suelo es mala, las condiciones iniciales para el desarrollo de microorganismos son malas o muy malas. Por lo tanto, hay que actuar. Una vez se mejoren, no hará falta labrar frecuentemente.
LA MATERIA ORGÁNICA EN UN SUELO ARADO
Hay que pensar que con el volteo, aunque no se aplique materia orgánica, también mejora su contenido ¿Cómo es posible esto, si no se ha aportado nada a la tierra?Porque un suelo pobre tiende a crear una capa superficial de compuestos fertilizantes, incluida la materia orgánica, en una profundidad donde la mayoría de plantas herbáceas no pueden acceder.
Es decir, el suelo tiene un buen porcentaje de materia orgánica, sí, pero no está equilibrado. Tienes una mina de oro en el suelo pero no tienes la pala y el pico para acceder a él.
Cuando realizamos un arado del suelo, si éste es profundo, estamos removiendo capas profundas con las superficiales, de manera que toda la mezcla se reparte homogéneamente.
Ahora sí que todo el contenido mineral y orgánico del suelo estará disponible para las plantas. Sin aportar nada, hemos mejorado enormemente la fertilidad del suelo.
No sólo eso, ya que no se trata de remover y disponerlo a los cultivos. Como disponemos de un suelo mullido y con mayor aireación, todos los nutrientes y minerales que alberga la materia orgánica se oxidan en mayor volumen y facilita su absorción por las plantas.
LABOREO SÍ, PERO SIN ABUSAR
El equilibrio de la vida permite usar todos los recursos que queramos, hasta cierto punto. Cualquier elemento considerado como positivo lo es hasta que se abuse de él, de forma que llegado a la cúspide del beneficio, comienzan a aparecer perjuicios debido a su abuso.
De hecho, la tendencia actual es el laboreo de conservación. Es decir, arar sólo cuando sea necesario, puesto que a la larga, todos los beneficios físicos que obteníamos con el suelo, se pierden.
MOSCA DEL OLIVO
VERTICILOSIS EN EL OLIVAR
El hongo infecta al olivo por las raíces o la base del tallo aprovechando las lesiones producidas por las labores o seres vivos como insectos o nematodos. Una vez en el interior, el micelio del hongo se extiende con rapidez por el sistema vascular y produce en la planta una reacción a las sustancias viscosas producidas por el parásito que taponan los vasos conductores.
- Sobrevive en el suelo durante más de 10 años.
- Tiene la capacidad de infectar a centenares de plantas.
- Su crecimiento está confinado en el xilema de la planta susceptible.
- Existencia de gran diversidad genética.
- Predominan tipos defoliantes muy virulentos y letales en olivos susceptibles que está extendido en toda Andalucía.
- Su fácil dispersión dentro y entre plantaciones se da a través del: materias de plantación infectado, suelo infectado, restos infectados de plantas cultivadas o arvenses, agua de riego, uso de residuos de almazara que estén infectados y hojas de olivo infectados.
CUIDADOS DEL OLIVO DESPUÉS DE LA CAMPAÑA DE ACEITUNA
Los cuidados al olivo después de la campaña de aceituna
Un árbol que nos da tanto aroma, tanto sabor y un aceite tan variado, rico y especial también requiere de una atención especial. Por esta razón es tan importante llevar a la práctica ciertos cuidados en nuestro olivar después de la campaña de aceituna. Si estos trabajos se llevan a cabo bien y a su debido tiempo, y la climatología, terreno, etc. lo permite; es posible conseguir una buena cosecha cada año.
¿Qué trabajos deben hacerse al olivo después de la recogida de aceituna?
Tras la recogida de la aceituna, es de vital importancia realizar un tratamiento reparador y endurecedor del árbol. Hoy en día se ha ganado mucho con la maquinaria usada en la recolección del fruto pero, con el paso de las máquinas y de las varas agitando el olivo, este queda más expuesto a ciertas enfermedades como la bacteriosis y tuberculosis. Esto es debido a las heridas que se abren en el árbol y que permiten la entrada a distintos patógenos. Es por esto que el olivo podría estar más expuesto a plagas como el repilo, la mosca del olivo, el barrenillo o la polilla, por lo que es importante fumigar la plantación para evitar contagios y conseguir una cosecha estable cada año.
Como veremos a continuación, para huir de esta temida vecería (fenómeno o cualidad, que tienen ciertos árboles, de generar una gran producción de fruto un año y al año siguiente reducir esta cantidad) es necesario tener en cuenta algunos detalles antes y después de la recogida.
Recogida temprana del fruto
Como bien sabemos, todo el tiempo que la aceituna está colgando del olivo está consumiendo recursos del mismo. Resultando obvio que, cuanto más pronto recojamos la aceituna del olivo, más tiempo tiene éste de reponerse.
Todo dependerá de si la aceituna se empleará para aceite o para aderezo (o aceituna de verdeo), las fechas pueden variar. La aceituna verde lo normal es recogerla durante los meses de octubre y primeros de noviembre, mientras que para aceite, la aceituna se suele empezar a recoger a finales de noviembre y la campaña puede durar hasta febrero del año siguiente.
Poda temprana del olivo
Al igual que ocurre con aceituna, todas las ramas del olivo absorben nutrientes de él. Cuanto antes se elimine las ramas que no son necesarias, menos nutrientes le robaran al olivo y así podrá dedicarlos a la producción del fruto; ya que, cuando llegue la época de la flor esta crecerá con más fuerza.
La fecha en la que se poda el olivo va a depender de la fecha en la que se hace la recogida de aceituna, la localización y el clima de la finca.
Laboreo en la finca de olivar
El forraje también es un foco de consumo de recursos de la tierra. Todo los recursos que estas plantas consuman de la tierra no estarán cuando estos los necesiten. Por esta razón, es fundamental el control de las malas hierbas y de unas labores adecuadas según el tipo de pendiente, de zona y de tierra.
Abonado y riego
Siempre que las condiciones climatológicas lo permitan, es esencial abonar el suelo de la finca. En cuanto a abonos, disponemos de una extensa variedad donde elegir. Aunque lo más recomendable es utilizar un abono complejo que proporcione al olivo los nutrientes que este necesita para el comienzo de la floración. Siendo lo más importante sin duda es esparcir el abono alrededor del tronco.
En esta época de floración, el riego ayuda a absorber todos los nutrientes al olivo. Siendo igual de importante mantener el estado hídrico justamente necesario hasta finales de verano.
Tratamientos fitosanitarios en el olivar
Para mantener la producción es importante ayudar al olivo con tratamientos tempranos. Esto ayudará a dar energía a los nuevos brotes que proporcionarán al olivo mayor capacidad para producir aceituna para la siguiente campaña.
Resumiendo y a modo de cierre, hacer hincapié en la idea de que, cuidar el olivo tras su recogida nos dará más probabilidades de tener una mejor cosecha al año siguiente. Si estos trabajos se llevan a cabo lo más pronto posible dentro de los plazos establecidos, al olivo no le faltará lo necesario para que éste pueda desarrollar una mayor cantidad de nuevos tallos. Éstos permitirán posteriormente producir flor, la cual se desarrollará con energía para proporcionar una buena producción cada campaña.
CALENDARIO DEL OLIVO
El cultivo del olivo nos lleva acompañando desde hace siglos en nuestro país y por todos son conocidas la multitud de propiedades que este aporta. Se trata de uno de los cultivos más estudiados del mundo, y está extendido por la mayoría de países, dando especial mención a países mediterráneos como España, Italia o Grecia; siendo estos los mayores productores de aceite de oliva en cuanto a calidad y cantidad.
El clima óptimo para el olivar
El olivo es una especie muy resistente y se encuentra totalmente adaptado a nuestro clima mediterráneo, donde los inviernos son suaves, las primaveras soleadas y los veranos calurosos. Aguanta muy bien las heladas de este clima aunque por debajo de 10ºC bajo cero el árbol sufre daños. Para su óptima explotación, el olivo debe tener una temperatura media anual de 15-20°C. Pudiendo llegar a máximas de 40°C sin causar daño alguno.
¿Cómo regar el olivo?
El olivo es un cultivo acostumbrado a los periodos de sequía. Sus hojas, pequeñas y con un envés pulverulento y velloso, consiguen mantener más tiempo la humedad.
Sin embargo, de la misma manera que es importante el riego para este cultivo, igual o más importante sería no pasarnos en la cantidad de agua. El olivo es un cultivo bastante sensible al exceso de riego o a terrenos encharcados con drenaje insuficiente.
Por último, cabe destacar lo rústico de esta planta. Es por eso que permite crecer en lugares complicados, como suelos calizos o salinos (siendo bastante resistente a la salinidad).
Labores y tareas
El olivo es un cultivo que no requiere muchas tareas (comparándolo con otras plantaciones como árboles frutales o la vid). No obstante, hay fases cruciales que pueden llegar a determinar el futuro de la cosecha. Ya sea de recolección para aceituna de mesa o para la producción de aceite. A continuación, vamos a exponer un calendario general de tareas básicas para el olivar. Pudiendo variar en un mes arriba o abajo, según la zona de cultivo, la tarea a llevar a cabo.
Enero y Febrero
En la mayoría de sitios de nuestro territorio está casi finalizada la recolección de la aceituna. Es momento perfecto para realizar algunas labores de poda del olivo y adecuar la estructura del árbol para la siguiente producción de aceituna. Con la operación de la poda, conseguimos dirigir el árbol hacia donde queremos, con la densidad vegetal que queremos, la forma de la copa, etc. La poda nos sirve también para equilibrar producciones (ya que no siempre es mejor producir más), e incluso para reparar y restaurar partes dañadas del árbol.
En esta época tenemos yemas de invierno totalmente cerradas, e incluso pueden permanecer inalteradas hasta bien entrado febrero. Todo dependerá del clima que haga.
Febrero y Marzo
En esta segunda fase de formación del futuro fruto, conocido como fase 2 o brotadura, las yemas se van engrosando poco a poco. En esta fase, que puede suceder entre los meses de febrero y marzo, es común ver las primeras apariciones de prays o polilla del olivo, una plaga bastante común en el olivo.
Además, es interesante reforzar el abono con nitrógeno, fuente de reserva de energía y estímulo para la producción de nuevas hojas y engorde de frutos.
Marzo
El olivo continúa con su desarrollo para la siguiente campaña. En esta época es interesante aportar un abono completo de nitrógeno, fósforo y potasio, con especial atención al primero. Habrá que controlar la mosca del olivo y prestamos atención a la posible aparición de enfermedades como el repilo, el cual aplicaremos productos a base de cobre. Sobre todo teniendo en cuenta que en esta época del año es muy común que caigan algunas lluvias de primavera.
Si se trata de una finca de laboreo, en esta época del año es recomendable labrar el terreno. En caso de una finca de no laboreo, se echará herbicida para eliminar las malas hierbas que puedan surgir con las precipitaciones y la humedad.
Abril
Es aquí donde comienza una etapa crucial en el desarrollo de la aceituna. Aún tenemos tiempo de aplicar productos que encajen con la formación y el cuajado de frutos, como estimulantes vegetativos, soluciones a base de fósforo e insecticidas para el control de plagas; muy comunes en esta época.
Mayo
Este mes abre paso a la aparición de las primeras flores, incluso pudiendo ver en algunas los estambres. Es habitual en estos meses, si se observa mosca en el olivar, controlarla haciendo uso de foliar. Siendo recomendable aplicarlo al comprobar que, más o menos, un 20% de las flores se han abierto.
Junio y Julio
Estos meses son esenciales para el desarrollo de la futura aceituna. Habiendo tenido un cuaje interesante, es momento de equilibrar todos los nutrientes del olivo y aportar la energía necesaria para el desarrollo final del fruto.
A su vez, en fincas de laboreo daremos una segunda vuelta muy beneficiosa para el terreno.
Agosto y Septiembre
A partir de esta etapa, prácticamente tenemos un fruto a mitad de su tamaño final, con el hueso endurecido o en vías de endurecerse. Deberemos de seguir teniendo cuidado con la mosca del olivo, ya que ésta suele alimentarse picando de los frutos en vías de formación.
Es época también de eliminar las varetas formadas en la parte inferior del tronco del olivo. Técnica conocida como «desvareto». Es esencial este trabajo ya que dichas varetas reducen la fuerza con la que la savia llega a otras partes del olivo.
De igual forma, sería ideal labrar el terreno en cultivos de laboreo. Por el contrario, en cultivos de no laboreo, es recomendable soplar las hojas acumuladas debajo de cada olivo hacia el exterior para conseguir una cubierta vegetal entre olivo y olivo. Consiguiendo evitar así una posible erosión con las lluvias venideras.
Octubre
En octubre, como norma general, el fruto adquiere su tamaño final. Este mes da paso al proceso de maduración y cambio de color. Debido a las precipitaciones de esta época del año, la enfermedad del repilo puede llegar a instalarse en el olivar. Hay que tener especial atención a los tratamientos preventivos con cobre para evitar perder un porcentaje de cosecha estando tan cerca de la misma.
En cuanto a la fertilización, comenzamos a aumentar los niveles de potasio al cultivo, con objeto de facilitar la etapa de maduración. En fincas de laboreo en las que previamente hemos labrado, es época de pasar el rulo para conseguir unos terrenos ideales para la futura recolección de la aceituna. Dependiendo de la zona en la que se encuentra la finca, la labor del rulo podría adelantarse a Septiembre.
Noviembre y Diciembre
En estos meses finales, tendremos ya prácticamente todas las aceitunas con el cambio de color, de verde a morado oscuro. Aplicaremos abonos ricos en potasio. Por último, llega el momento de recoger los frutos de todo un año trabajado, la recolección de la aceituna.