LABRANZA: DE LA ANTIGÜEDAD HASTA HOY



    Hay muchas herramientas de labranza y máquinas que se utilizan en la agricultura, pero ¿te has fijado cuánto han cambiado en los últimos tiempos? Los aperos de labranza de nuestros abuelos y tatarabuelos se han convertido en adornos para casas rurales, en recuerdos de una época más natural, sí, pero mucho más dura, difícil y exigente.

  Tipos de maquinaria agrícola aparentemente simples pero que en su día fueron revolucionarios, feos en apariencia y sin apenas medidas de seguridad, pero recias, sólidas y tan duraderas que pasaban de generación en generación cumpliendo perfectamente su labor.

HERRAMIENTAS ANTIGUAS

  Las primeras herramientas agrícolas creadas por el hombre pertenecen al periodo neolítico, hace unos 8000 años. En cuanto los humanos decidieron dejar de viajar y establecerse en un punto determinado comenzó la necesidad de contar con aperos de labranza, herramientas antiguas de agricultura para desbrozar el terreno, cortar el cereal, etc. Así, por necesidad, surgieron los primeros: arados, las desbrozadoras, las segadoras manuales, etc.

  Todas las herramientas agrícolas son importantes, pero hay una que, sin duda, influyó decisivamente en la forma de obtener alimentos de la tierra: el arado.

  Uno de los primeros aperos agrícolas inventados por el hombre fue el arado. Los primeros arados surgieron en África, en la zona que ahora conocemos como Egipto hace unos 5000 años según unos historiadores y en torno a unos 3500 según otros. Los primeros azados eran básicamente una mejora de los aperos que se utilizaron durante miles de años para abrir la tierra y poner dentro las semillas, esos palos gruesos primero y azadas, picos y palas después que rompían la capa superior del terreno para poder plantar los alimentos.

  El arado marcó un antes y un después en la historia de la agricultura por dos razones importantes: facilitó el duro trabajo de romper la tierra seca y helada y mejoró la cantidad y la calidad de los cultivos al penetrar más profundamente el suelo y poder sembrar a mayor profundidad y fuera del alcance de los roedores, los pájaros, etc.

  Los primeros arados eran muy rudimentarios, apenas unas ramas gruesas y puntiagudas que abrían surcos en la tierra empuñados por esforzados trabajadores del campo, pero en unos pocos cientos de años, entraron en escena los animales, esos bueyes a los que se enganchaban los aperos para profundizar más y mejor en la tierra y conseguir mejores resultados. Pronto a los bueyes se les unieron los caballos, los camellos, los elefantes... Cualquier animal domesticado que tuviera la fuerza y la paciencia necesarias para trabajar de sol a sol ayudando al agricultor.


  El arado como herramienta agrícola primitiva no cambió prácticamente su diseño hasta que llegó una civilización que marcó un antes y un después en la agricultura: la civilización romana.

  Los romanos inventaron un apero de labranza que, si eres aficionado a la agricultura, seguro que conoces perfectamente: el llamado arado romano.

  El arado romano no sólo incorporó una pieza de hierro para profundizar en la tierra, también introdujo lo que ahora llamamos vertedera, esa pequeña pieza que ayuda al agricultor a remover mejor los terrones de tierra y preparar el suelo para la siembra.


  El invento agrícola de los romanos mantuvo más o menos su innovador diseño hasta bien entrado el siglo XVIII, hasta que en 1730 se inventó el llamado arado Rotherham, un apero más triangular que aprovecha mucho mejor la fuerza de tiro que se utilizaba por aquel entonces en Europa: el caballo.

DESARROLLO INDUSTRIAL

  En los siguientes años el desarrollo industrial fue imparable y afectó al diseño y a la funcionalidad de todas las herramientas agrícolas antiguas: 

- En 1808 Robert Ransome inventa el primer arado fabricado totalmente en acero.


- En 1837 un humilde herrero llamado John Deere sustituye las cuchillas de hierro fundido por otras de acero y, además, cambia la forma de su diseño para mejorar su funcionalidad.


- A principios de la década de 1840 se inventa el arado con ruedas y asiento para conductor.


- En 1847 se inventa el arado de discos, un apero agrícola revolucionario que no sólo prepara la tierra para el cultivo sino que sirve para arrancar las malezas, pulverizar los terrones de tierra solidificados, etc. Este arado de discos mantendrá su diseño y funcionalidad originales desde entonces y hasta hoy.


- A partir de 1905 se empiezan a utilizar los primeros tractores enganchados al apero estrella de la agricultura de hoy y de siempre: el arado.



RAZONES PARA REALIZAR UN ARADO DE SUELO


BENEFICIOS QUE SE OBTIENEN CON EL ARADO

  Con el arado del suelo buscamos una cosa: mejorar las condiciones del suelo. Esto significa que si por ejemplo disponemos de un suelo encharcado, intentar que no se acumule agua en la superficie.

  Por el contrario, si tenemos un suelo muy seco, con elevada filtración de agua, buscamos que la retenga un poco mejor y sea asimilable para las plantas.

  Si dividiésemos en segmentos aquellos elementos que influyen de manera significativa en un suelo y que, por supuesto, afecta a las plantas, podríamos mencionar la humedad, el aireado, la estructura y también la temperatura.

  Conocer qué cambios aparecen con el arado del suelo con respecto a estas variables es importante para conocer un poco más la tierra que cultivamos.

CONSERVACIÓN DE HUMEDAD EN EL SUELO

  La humedad de un suelo se ve influida por el volteo de éste. Es algo tal y como lo hemos contado antes. Si tiene problemas de retención de agua (drenaje lento), conseguirá que se evacue mejor el agua. Y en el caso contrario sucederá lo mismo.

  Un suelo situado en un clima desértico conservará mucho mejor el agua en el subsuelo a partir de un volteo de la tierra.


MEJORA DEL AIREADO Y LA OXIGENACIÓN

  Voltear el suelo permite incrementar el número de macroporos que hay en el suelo. Éstos se encargan de almacenar gases (como el oxígeno) que las raíces de las plantas necesitan para que no aparezcan problemas.

  Un suelo mullido permitirá la entrada de aire desde el exterior, el cual también es una entrada de nitrógeno atmosférico (que se podrá fijar mediante efectos climáticos, como la lluvia).

CONSERVACIÓN DE LA ESTRUCTURA DEL SUELO

  Un suelo puede tener distintas texturas, y eso es lo que hace que quede clasificado como arenoso, limoso o arcilloso. Es un poco más complejo que estas tres definiciones, puesto que hay mezclas entre ellas, pero básicamente es eso.

  Dependiendo del sistema de arado que utilicemos, conseguiremos que la tierra cambie el tamaño de sus agregados, pudiéndolos aumentar o reducir.

  Esto influye muchísimo tanto en el crecimiento de las plantas como en la germinación de semillas.

  Si se dejan agregados muy grandes, superior a los 5 mm, existiría una proporción de macroporos excesivamente grande, no hay retención de agua y la planta encuentra dificultades para absorberla.

  Un suelo con agregados muy pequeños, en torno a 1 mm, produce un desequilibrio entre macroporos y microporos.

  En efecto, por ausencia de los primeros, el agua no se retiene eficientemente e igualmente tendremos problemas con el desarrollo de las plantas.

MANTENIMIENTO DE TEMPERATURA

 ¿Qué tiene que ver la temperatura con el laboreo o mullido de un suelo? Pues aunque no lo parezca, mucho.

  La temperatura de un suelo está influida por el ambiente y el clima donde nos encontremos.

  Sin embargo, con el volteo se puede conseguir reducir la diferencia de temperatura entre la noche y el día. Esto es muy importante, porque permite un mayor confort de las raíces y, claro, eso se paga con un mayor desarrollo de la planta en general.

  Por esta misma razón es conveniente dejar el arado para otro día si se prevén heladas.

  El aire es mal conductor por lo que se obtienen peores consecuencias si el contenido de aire es mayor. Una sustitución de ese aire por agua, mucho mejor conductor, produce beneficios y previene de forma pasiva los daños por heladas.

¿QUE PASA CON LOS MICROORGANISMOS?

 Imagínate que tú fueses un microorganismo en el que te dan dos opciones:

1. Crece en un entorno sin mucho oxígeno, con poco espacio, con temperaturas desapacibles y posiblemente encharcado o excesivamente seco.

2. Crece en un entorno con equilibrio entre humedad y gases, con facilidad de movimientos, poroso, sin encharcamientos, con temperatura agradable y una estructura del suelo granulada.

¿Qué opción prefieres? No hace falta responder.

 Lo que queremos decir es que aunque a priori pensemos que el laboreo produce daños mecanismos al suelo, destapa de las profundidades lombrices e insectos beneficiosos que luego forman parte de la alimentación de aves y otros animales, el equilibrio se corrige al poco tiempo y la densidad aumenta exponencialmente en poco tiempo.

  Hay que matizar que:

- Si tu suelo tiene una buena estructura, con buen contenido en oxígeno, con drenaje normal y en general, bueno, no hace falta labrar. Porque los microorganismos se encargarán de mejorar aún más dicho suelo y se empeorará con el arado. Modificarías el entorno tan apacible que ellos han creado y reducirías la calidad de éste.

- Por otro lado, si tu suelo tiene mal drenaje, está sometido continuamente a encharcamientos y la estructura del suelo es mala, las condiciones iniciales para el desarrollo de microorganismos son malas o muy malas. Por lo tanto, hay que actuar. Una vez se mejoren, no hará falta labrar frecuentemente.

LA MATERIA ORGÁNICA EN UN SUELO ARADO

  Hay que pensar que con el volteo, aunque no se aplique materia orgánica, también mejora su contenido ¿Cómo es posible esto, si no se ha aportado nada a la tierra?

 Porque un suelo pobre tiende a crear una capa superficial de compuestos fertilizantes, incluida la materia orgánica, en una profundidad donde la mayoría de plantas herbáceas no pueden acceder.

  Es decir, el suelo tiene un buen porcentaje de materia orgánica, sí, pero no está equilibrado. Tienes una mina de oro en el suelo pero no tienes la pala y el pico para acceder a él.

  Cuando realizamos un arado del suelo, si éste es profundo, estamos removiendo capas profundas con las superficiales, de manera que toda la mezcla se reparte homogéneamente. 

  Ahora sí que todo el contenido mineral y orgánico del suelo estará disponible para las plantas. Sin aportar nada, hemos mejorado enormemente la fertilidad del suelo.

  No sólo eso, ya que no se trata de remover y disponerlo a los cultivos. Como disponemos de un suelo mullido y con mayor aireación, todos los nutrientes y minerales que alberga la materia orgánica se oxidan en mayor volumen y facilita su absorción por las plantas.

LABOREO SÍ, PERO SIN ABUSAR

 El equilibrio de la vida permite usar todos los recursos que queramos, hasta cierto punto. Cualquier elemento considerado como positivo lo es hasta que se abuse de él, de forma que llegado a la cúspide del beneficio, comienzan a aparecer perjuicios debido a su abuso.

 De hecho, la tendencia actual es el laboreo de conservación. Es decir, arar sólo cuando sea necesario, puesto que a la larga, todos los beneficios físicos que obteníamos con el suelo, se pierden.

MOSCA DEL OLIVO

 


   La mosca del olivo es la plaga más importante en el cultivo del olivo, ya que ataca a los frutos desde que comienza el endurecimiento del hueso hasta su madurez. El daño lo provocan las larvas que, al eclosionar dentro de la aceituna, crean galerías que dañan el fruto. La aceituna puede acabar cayendo, con la consecuente disminución de la producción. Además, sobre el tejido roto pueden instalarse hongos y otros microorganismos que provocan una pérdida de calidad del fruto, haciendo que el aceite obtenido pueda incluso descender de categoría a la hora de su calificación.

   Las zonas en las que hay una mayor humedad son las más proclives a la aparición de la mosca del olivo, menos común en latitudes con veranos secos y con elevadas temperaturas. La mosca del olivo suele pasar los meses de mayor frío del año debajo de la tierra, lugar que abandonan entre los meses de abril y mayo.

   Tras procederse a la fecundación, las hembras buscan un lugar idóneo para la puesta, que suelen realizar bajo de la piel de las aceitunas que se encuentran en un estado de maduración intermedio. La alimentación de las larvas se produce por medio de la pulpa de las propias aceitunas.


   La apreciación de síntomas de la acción de esta plaga es sencilla, ya que las aceitunas afectadas presentan heridas debidas a la acción de las larvas que realizan estrechos túneles en el fruto. En muchas ocasiones las aceitunas se caen al suelo y en otras se detecta un mal olor. 

   Aunque la intensidad y la duración de esta plaga depende en buena medida de las condiciones agronómicas y climáticas en las que se encuentren los cultivos, existen una serie de medidas preventivas generales que pueden adoptarse, como la destrucción de las pupas invernantes en el suelo o el cultivo de variedades de aceituna menos proclives a la mosca y en las que el control de la plaga sea más sencillo.

   Tradicionalmente se utilizan trampas olfativas que constan de un recipiente de cristal o plástico transparente que se ceba con fosfato biamónico al 4%. Se colocan en el interior del árbol y orientadas al sur para el control de adultos. Deben colocarse un mínimo de dos trampas por zona de observación, debiendo separarlas unos 50 metros para evitar interferencias de unas con otras.


 La aplicación de productos fitosanitarios deben administrarse de manera previa, siempre con anterioridad a la puesta de huevos en la aceituna. Se combina la acción de un insecticida (organofosforado o piretroide) y un atrayente a base de proteínas hidrolizables. El momento de realizar la aplicación es a partir de formarse el fruto.

VERTICILOSIS EN EL OLIVAR


  La verticilosis del olivo, causada por el hongo Verticillium dahliae, es una enfermedad presente en Andalucía y en la cuenca mediterránea. El Verticillium dahliae puede perpetuarse pasando entre plantas de la misma especie o de un huésped a otro: de plantas espontáneas (ortigas, papaveráceas) y plantas cultivadas (patata, tomate, algodonero, melones) a los olivos.

  El hongo infecta al olivo por las raíces o la base del tallo aprovechando las lesiones producidas por las labores o seres vivos como insectos o nematodos. Una vez en el interior, el micelio del hongo se extiende con rapidez por el sistema vascular y produce en la planta una reacción a las sustancias viscosas producidas por el parásito que taponan los vasos conductores. 

  Se desarrolla mejor cuando se producen movimientos abundantes de savia. Hay dos periodos clave: uno en la floración y otro al final del verano. Esta preferencia por el movimiento de savia explica que ataque más a árboles vigorosos, a ejemplares jóvenes y a aquellos que se encuentren en cultivos intensivos de regadío en los que se aporten bastantes abonos, sobre todo los nitrogenados. La inactividad del parásito se sucede en invierno y en pleno verano.


  Después de haber sido atacados, las hojas, flores y frutos se quedan unidas a la ramita durante bastante tiempo. Si el ataque fue en primavera, se quedará así todo el verano y pasado algún tiempo los órganos muertos caen.

  El daño puede ser grave porque puede matar el árbol y afecta siempre al rendimiento de la cosecha. En el caso de plantaciones jóvenes, puede trastornar gravemente la marcha de la plantación.

  La verticilosis del olivo es una enfermedad que presentan muchos inconvenientes:

- Sobrevive en el suelo durante más de 10 años.
- Tiene la capacidad de infectar a centenares de plantas.
- Su crecimiento está confinado en el xilema de la planta susceptible.
- Existencia de gran diversidad genética.
- Predominan tipos defoliantes muy virulentos y letales en olivos susceptibles que está extendido en toda Andalucía.
- Su fácil dispersión dentro y entre plantaciones se da a través del: materias de plantación infectado, suelo infectado, restos infectados de plantas cultivadas o arvenses, agua de riego, uso de residuos de almazara que estén infectados y hojas de olivo infectados.   

   Hay que promover la riqueza biológica del suelo mediante un incremento de la materia orgánica con humus de lombriz o compost. Los suelos que poseen una alta biodiversidad de microorganismos proporcionan un equilibrio ecológico que reduce drásticamente la presencia del hongo patógeno.

  Los síntomas comienzan con hojas que se enrollan longitudinalmente , como un canalillo y se descoloran. Después este enrollamiento se acentúa, se abarquilla y las hojas se tornan amarillentas o pardo claro. Este proceso suele ser rápido.

  Si es en primavera, las flores y los frutos recién cuajados también se marchitan. En cambio, si es al final del verano las aceitunas que están en envero, se arrugan y secan. 

  Así como utilizar aguas de riego que no estén contaminadas; mantener limpios los tractores, aperos y herramientas; evitar realizar el laboreo en seco debido a la posible dispersión del hongo mediante el polvo; poner plantones que se encuentren libres del hongo y realizar plantaciones en suelos que esté libres del hongo.

CUIDADOS DEL OLIVO DESPUÉS DE LA CAMPAÑA DE ACEITUNA

Los cuidados al olivo después de la campaña de aceituna

  Un árbol que nos da tanto aroma, tanto sabor y un aceite tan variado, rico y especial también requiere de una atención especial. Por esta razón es tan importante llevar a la práctica ciertos cuidados en nuestro olivar después de la campaña de aceituna. Si estos trabajos se llevan a cabo bien y a su debido tiempo, y la climatología, terreno, etc. lo permite; es posible conseguir una buena cosecha cada año.

Panoramica olivar

¿Qué trabajos deben hacerse al olivo después de la recogida de aceituna?

  Tras la recogida de la aceituna, es de vital importancia realizar un tratamiento reparador y endurecedor del árbol. Hoy en día se ha ganado mucho con la maquinaria usada en la recolección del fruto pero, con el paso de las máquinas y de las varas agitando el olivo, este queda más expuesto a ciertas enfermedades como la bacteriosis y tuberculosis. Esto es debido a las heridas que se abren en el árbol y que permiten la entrada a distintos patógenos. Es por esto que el olivo podría estar más expuesto a plagas como el repilo, la mosca del olivo, el barrenillo o la polilla, por lo que es importante fumigar la plantación para evitar contagios y conseguir una cosecha estable cada año.

  Como veremos a continuación, para huir de esta temida vecería (fenómeno o cualidad, que tienen ciertos árboles, de generar una gran producción de fruto un año y al año siguiente reducir esta cantidad) es necesario tener en cuenta algunos detalles antes y después de la recogida.

Recogida temprana del fruto

  Como bien sabemos, todo el tiempo que la aceituna está colgando del olivo está consumiendo recursos del mismo. Resultando obvio que, cuanto más pronto recojamos la aceituna del olivo, más tiempo tiene éste de reponerse.

  Todo dependerá de si la aceituna se empleará para aceite o para aderezo (o aceituna de verdeo), las fechas pueden variar. La aceituna verde lo normal es recogerla durante los meses de octubre y primeros de noviembre, mientras que para aceite, la aceituna se suele empezar a recoger a finales de noviembre y la campaña puede durar hasta febrero del año siguiente.

Poda temprana del olivo

  Al igual que ocurre con aceituna, todas las ramas del olivo absorben nutrientes de él. Cuanto antes se elimine las ramas que no son necesarias, menos nutrientes le robaran al olivo y así podrá dedicarlos a la producción del fruto; ya que, cuando llegue la época de la flor esta crecerá con más fuerza.

  La fecha en la que se poda el olivo va a depender de la fecha en la que se hace la recogida de aceituna, la localización y el clima de la finca.

Laboreo en la finca de olivar

  El forraje también es un foco de consumo de recursos de la tierra. Todo los recursos que estas plantas consuman de la tierra no estarán cuando estos los necesiten. Por esta razón, es fundamental el control de las malas hierbas y de unas labores adecuadas según el tipo de pendiente, de zona y de tierra. 

Abonado y riego

  Siempre que las condiciones climatológicas lo permitan, es esencial abonar el suelo de la finca. En cuanto a abonos, disponemos de una extensa variedad donde elegir. Aunque lo más recomendable es utilizar un abono complejo que proporcione al olivo los nutrientes que este necesita para el comienzo de la floración. Siendo lo más importante sin duda es esparcir el abono alrededor del tronco.

  En esta época de floración, el riego ayuda a absorber todos los nutrientes al olivo. Siendo igual de importante mantener el estado hídrico justamente necesario hasta finales de verano.

Tratamientos fitosanitarios en el olivar

  Para mantener la producción es importante ayudar al olivo con tratamientos tempranos. Esto ayudará a dar energía a los nuevos brotes que proporcionarán al olivo mayor capacidad para producir aceituna para la siguiente campaña.  

  Resumiendo y a modo de cierre, hacer hincapié en la idea de que, cuidar el olivo tras su recogida nos dará más probabilidades de tener una mejor cosecha al año siguiente. Si estos trabajos se llevan a cabo lo más pronto posible dentro de los plazos establecidos, al olivo no le faltará lo necesario para que éste pueda desarrollar una mayor cantidad de nuevos tallos. Éstos permitirán posteriormente producir flor, la cual se desarrollará con energía para proporcionar una buena producción cada campaña.

CALENDARIO DEL OLIVO


Calendario del olivo

  El cultivo del olivo nos lleva acompañando desde hace siglos en nuestro país y por todos son conocidas la multitud de propiedades que este aporta. Se trata de uno de los cultivos más estudiados del mundo, y está extendido por la mayoría de países, dando especial mención a países mediterráneos como España, Italia o Grecia; siendo estos los mayores productores de aceite de oliva en cuanto a calidad y cantidad.

El clima óptimo para el olivar

  El olivo es una especie muy resistente y se encuentra totalmente adaptado a nuestro clima mediterráneo, donde los inviernos son suaves, las primaveras soleadas y los veranos calurosos. Aguanta muy bien las heladas de este clima aunque por debajo de 10ºC bajo cero el árbol sufre daños. Para su óptima explotación, el olivo debe tener una temperatura media anual de 15-20°C. Pudiendo llegar a máximas de 40°C sin causar daño alguno.

¿Cómo regar el olivo?

  El olivo es un cultivo acostumbrado a los periodos de sequía. Sus hojas, pequeñas y con un envés pulverulento y velloso, consiguen mantener más tiempo la humedad.

  Por el contrario, si queremos obtener una buena producción de aceite de oliva tendremos que regar, sobre todo en épocas de mucha sequía.

  Hay unos periodos críticos en los que es muy recomendable establecer un riego. Siendo más necesario en época de desarrollo de la flor, la formación de la aceituna o cuando el árbol es joven y se encuentra en etapa de crecimiento entre otros.

riego en el olivar

  Sin embargo, de la misma manera que es importante el riego para este cultivo, igual o más importante sería no pasarnos en la cantidad de agua. El olivo es un cultivo bastante sensible al exceso de riego o a terrenos encharcados con drenaje insuficiente.

  Por último, cabe destacar lo rústico de esta planta. Es por eso que permite crecer en lugares complicados, como suelos calizos o salinos (siendo bastante resistente a la salinidad).

Labores y tareas

  El olivo es un cultivo que no requiere muchas tareas (comparándolo con otras plantaciones como árboles frutales o la vid). No obstante, hay fases cruciales que pueden llegar a determinar el futuro de la cosecha. Ya sea de recolección para aceituna de mesa o para la producción de aceite. A continuación, vamos a exponer un calendario general de tareas básicas para el olivar. Pudiendo variar en un mes arriba o abajo, según la zona de cultivo, la tarea a llevar a cabo.

  • Enero y Febrero

  En la mayoría de sitios de nuestro territorio está casi finalizada la recolección de la aceituna. Es momento perfecto para realizar algunas labores de poda del olivo y adecuar la estructura del árbol para la siguiente producción de aceituna. Con la operación de la poda, conseguimos dirigir el árbol hacia donde queremos, con la densidad vegetal que queremos, la forma de la copa, etc. La poda nos sirve también para equilibrar producciones (ya que no siempre es mejor producir más), e incluso para reparar y restaurar partes dañadas del árbol.

  En esta época tenemos yemas de invierno totalmente cerradas, e incluso pueden permanecer inalteradas hasta bien entrado febrero. Todo dependerá del clima que haga.

  • Febrero y Marzo

  En esta segunda fase de formación del futuro fruto, conocido como fase 2 o brotadura, las yemas se van engrosando poco a poco. En esta fase, que puede suceder entre los meses de febrero y marzo, es común ver las primeras apariciones de prays o polilla del olivo, una plaga bastante común en el olivo.

prays o mosca del olivo

  Además, es interesante reforzar el abono con nitrógeno, fuente de reserva de energía y estímulo para la producción de nuevas hojas y engorde de frutos.

  • Marzo

  El olivo continúa con su desarrollo para la siguiente campaña. En esta época es interesante aportar un abono completo de nitrógeno, fósforo y potasio, con especial atención al primero. Habrá que controlar la mosca del olivo y prestamos atención a la posible aparición de enfermedades como el repilo, el cual aplicaremos productos a base de cobre. Sobre todo teniendo en cuenta que en esta época del año es muy común que caigan algunas lluvias de primavera.

  Si se trata de una finca de laboreo, en esta época del año es recomendable labrar el terreno. En caso de una finca de no laboreo, se echará herbicida para eliminar las malas hierbas que puedan surgir con las precipitaciones y la humedad.

  • Abril

  Es aquí donde comienza una etapa crucial en el desarrollo de la aceituna. Aún tenemos tiempo de aplicar productos que encajen con la formación y el cuajado de frutos, como estimulantes vegetativos, soluciones a base de fósforo e insecticidas para el control de plagas; muy comunes en esta época.

  • Mayo

  Este mes abre paso a la aparición de las primeras flores, incluso pudiendo ver en algunas los estambres. Es habitual en estos meses, si se observa mosca en el olivar, controlarla haciendo uso de foliar. Siendo recomendable aplicarlo al comprobar que, más o menos, un 20% de las flores se han abierto.

  • Junio y Julio

  Estos meses son esenciales para el desarrollo de la futura aceituna. Habiendo tenido un cuaje interesante, es momento de equilibrar todos los nutrientes del olivo y aportar la energía necesaria para el desarrollo final del fruto.

  A su vez, en fincas de laboreo daremos una segunda vuelta muy beneficiosa para el terreno.

  • Agosto y Septiembre

  A partir de esta etapa, prácticamente tenemos un fruto a mitad de su tamaño final, con el hueso endurecido o en vías de endurecerse. Deberemos de seguir teniendo cuidado con la mosca del olivo, ya que ésta suele alimentarse picando de los frutos en vías de formación.

  Es época también de eliminar las varetas formadas en la parte inferior del tronco del olivo. Técnica conocida como «desvareto». Es esencial este trabajo ya que dichas varetas reducen la fuerza con la que la savia llega a otras partes del olivo.

  De igual forma, sería ideal labrar el terreno en cultivos de laboreo. Por el contrario, en cultivos de no laboreo, es recomendable soplar las hojas acumuladas debajo de cada olivo hacia el exterior para conseguir una cubierta vegetal entre olivo y olivo. Consiguiendo evitar así una posible erosión con las lluvias venideras.

  • Octubre

   En octubre, como norma general, el fruto adquiere su tamaño final. Este mes da paso al proceso de maduración y cambio de color. Debido a las precipitaciones de esta época del año, la enfermedad del repilo puede llegar a instalarse en el olivar. Hay que tener especial atención a los tratamientos preventivos con cobre para evitar perder un porcentaje de cosecha estando tan cerca de la misma.

   En cuanto a la fertilización, comenzamos a aumentar los niveles de potasio al cultivo, con objeto de facilitar la etapa de maduración. En fincas de laboreo en las que previamente hemos labrado, es época de pasar el rulo para conseguir unos terrenos ideales para la futura recolección de la aceituna. Dependiendo de la zona en la que se encuentra la finca, la labor del rulo podría adelantarse a Septiembre.

  • Noviembre y Diciembre

  En estos meses finales, tendremos ya prácticamente todas las aceitunas con el cambio de color, de verde a morado oscuro. Aplicaremos abonos ricos en potasio. Por último, llega el momento de recoger los frutos de todo un año trabajado, la recolección de la aceituna.