La adaptación a la falta de agua de los almendros cultivados en secano está propiciada por un sistema radicular profundo y por un follaje resistente a la desecación. La irregularidad en el reparto de las precipitaciones dificulta algo más la adaptación a condiciones de sequía.
Debido a que no ha llovido nada en mi zona en todo el invierno y las temperaturas son superiores a lo normal, las malas hierbas crecen más rápidamente por lo que he dado un pase de arado con rastra para eliminar esas hierbas. Normalmente se hace un pase de cultivador o grada pero al no haber llovido no se debe ahondar mucho la superficie del suelo.
Es importante realizar el labrado antes de la floración puesto que si se hace con ésta y se ahonda demasiado, se rompen raíces del suelo y producimos estrés en el almendro que pondrá toda su atención a esas raíces y no a la floración, pudiendo provocar caída de flores y por tanto pérdida de producción.
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