PODA DEL ALMENDRO

     Se entiende por poda a la operación realizada de forma manual o mecánica, que suprima mediante cortes cualquier parte del árbol y, en consecuencia, modifica su estado natural.

     En el almendro, como a cualquier árbol frutal, se le pueden realizar los siguientes tipos de poda:

PODA DE FORMACIÓN: es el conjunto de operaciones de poda dados al almendro, durante todo el periodo juvenil, para formar la estructura adecuada del árbol. Con esta poda formamos el esqueleto del árbol, es decir, el tronco o eje con las ramas primarias.

    
 Primer año 
     
  Segundo año 
 
Tercer año


PODA DE PRODUCCIÓN, FRUCTIFICACIÓN O DE MANTENIMIENTO: es la poda que se da durante todo el periodo de fructificación del árbol, dirigido a proporcionar la máxima productividad, renovando los brotes fructíferos y eliminando la madera muerta para un crecimiento adecuado y dirigido. Se trata de proporcionar un equilibrio entre la actividad vegetativa y productiva, que permitan una producción regular y un alargamiento de la fase productiva.

PODA DE RENOVACIÓN O REJUVENECIMIENTO: es una poda que se realiza en algunos casos en los periodos de envejecimiento del árbol, al objeto de suprimir las partes debilitadas para su renovación con nuevas brotaciones. Es una técnica que, en general, hay que desechar en una fruticultura moderna, que aconseja realizar el arranque de la plantación cuando estudios de rentabilidad demuestren que los gastos de cultivo del arbolado superan a los ingresos obtenidos por la venta de las cosechas.


     Las podas en verde, evidentemente, se realizan en actividad vegetativa, generalmente aprovechando la parada de verano, mientras que las podas en seco se realizan en parada vegetativa, es decir, en invierno. Esta poda se podrá realizar entre caída de hoja y desborre, pero se debe considerar que, cuanto más tardía sea, habrá una mejor cicatrización de las heridas. Las podas muy tempranas exponen a unos cortes sin cicatrizar a los agentes exteriores.

     Una poda bien realizada permite un desarrollo y una entrada en producción adecuada, y luego una productividad equilibrada. La poda también puede influir en el mayor o menor desarrollo de enfermedades: todo ello está relacionado directamente con los flujos de luz que recibe el árbol, lo cual se puede favorecer con la poda. Mientras el árbol esté iluminado, su capacidad productiva será mayor y su estado sanitario mejor. Esto es muy importante en una especie como el almendro, muy exigente en luz.

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