El almendro es la especie frutal de floración más temprana en clima mediterráneo. El retraso o adelanto de la floración de cada año está en función de las condiciones climáticas acaecidas, y por tanto, no es igual durante todos los años. Durante la floración la incidencia de plagas es nula.
La época de la floración depende fundamentalmente de tres factores: exposición de las yemas de flor a determinado número de horas de frío, exposición a determinada cantidad de calor posterior para finalizar el descanso y obtención de una temperatura umbral para el crecimiento de las yemas.
La floración es un factor crítico para el establecimiento de la cosecha ya que el número de flores que son polinizadas, y que luego son fecundadas, determina la cantidad máxima de frutos que se puede desarrollar.
La flor del almendro es hermafrodita, lo que quiere decir que en el mismo órgano floral se encuentran las partes reproductoras masculina y femenina.
El principal agente polinizador son las abejas, aunque otros insectos también pueden realizar dicha polinización. Las colmenas se situarán en los lugares más cálidos para favorecer la actividad de las abejas. Durante la estancia de las colmenas se evitarán tratamientos con pesticidas ya que pueden perjudicarlas seriamente.
También se deben considerar otros aspectos, tal como la competencia con otras hierbas del suelo, a las que pueden acudir las abejas, lo que se evitará con el laboreo previo de la parcela.
Las condiciones climáticas durante la floración del almendro están con frecuencia por debajo o en el umbral de la actividad de vuelo de las abejas. Su actividad comienza a una temperatura de 12ºC. No vuelan si hay lluvia y si los vientos son superiores a 24 kilómetros por hora.
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